Gustavo Gatica, ciego por balines de Carabineros, se postula a diputado por el distrito 8 con apoyo del Partido Comunista
El 8 de noviembre de 2019, Gustavo Adolfo Gatica Villarroel registraba protestas en Plaza Baquedano con su cámara cuando un impacto de perdigones le arrebató la vista para siempre. Hoy, seis años después, ese mismo hombre —psicólogo, activista y hijo de profesores de escuela pública— se postula como diputado por el distrito 8, que abarca Maipú, Estación Central, Lampa y Colina, las comunas donde nació y creció. Su candidatura, oficializada por el Partido Comunista de Chile como independiente con su respaldo, no es un acto de venganza. Es una declaración política: la seguridad es un derecho social, y sin ella, no hay salud, ni educación, ni dignidad.
De la calle a la candidatura: un recorrido inesperado
En agosto de 2025, Gatica confirmó su intención de postularse en una entrevista con La Tercera. Su camino no fue lineal. Primero intentó unirse al Frente Amplio, enviando una carta a su presidenta, Constanza Martínez, quien decidió retirar su propia candidatura para abrirle espacio. Pero el Comité Central del Frente Amplio rechazó su postulación. Entonces, el Partido Comunista de Chile entró en escena. No como patrón, sino como aliado: le otorgó un cupo independiente, con la etiqueta "Independiente (Comunista de Chile)" en la nómina del Servicio Electoral de Chile (Servel), donde figura como candidato número 62. "Han sido muy respetuosos", dijo Gatica. "Me permitieron decretar los lineamientos".
"No debe haber otro Gustavo Gatica o Fabiola Campillai"
La candidatura de Gatica no gira solo en torno a su historia personal. Es un grito colectivo. En su campaña, repite sin cesar: "No debe haber otro Gustavo Gatica o Fabiola Campillai". Se refiere a la mujer ciega tras un disparo de Carabineros en 2019, y a cientos de víctimas de violencia estatal que nunca tuvieron justicia. "Lo que me pasó es grave, pero no me define de por vida", afirmó. Y añadió: "Estoy cansado, han sido más de cien días de campaña, pero estoy conforme. Hemos dejado los pies en la calle".
Para Gatica, la salud mental es una prioridad urgente. "En Chile invertimos muy poco en ella", dijo. Su experiencia como psicólogo en una unidad de víctimas de delitos graves lo convenció de que el trauma colectivo no se cura con discursos, sino con políticas públicas concretas: consultorios accesibles, terapia gratuita en barrios populares, y programas de prevención en escuelas. "La gente no necesita más policías. Necesita más psicólogos, más educadores, más oportunidades".
El contrapunto: Bassaletti y el juicio que nunca terminó
En el mismo distrito 8, compite Enrique Bassaletti, exgeneral de Carabineros y candidato del Partido Republicano. Bassaletti es clave en el programa de seguridad de José Antonio Kast. Pero su relación con Gatica va más allá de la política: el 20 de octubre de 2025, Bassaletti declaró como testigo de la defensa de Claudio Crespo, el funcionario acusado de dispararle a Gatica. Ese mismo año, Bassaletti solicitó —con fondos públicos— un peritaje balístico del Instituto de Investigaciones y Control del Ejército (IDIC), que costó $3,5 millones. El informe nunca se hizo público. Nadie ha sido condenado por el ataque.
"Ese relato tenemos que saber instalarlo", dijo Gatica en el aniversario de las revueltas. "La seguridad no es solo un uniforme. Es vivir sin miedo a que te cieguen por sacar una cámara".
Una campaña en medio de 38 candidatos
El distrito 8 es un crisol de fuerzas políticas. En la lista del Servel aparecen 38 candidatos. Entre ellos, destacan figuras como Claudia Mix Jiménez (#67), exdiputada y referente de la izquierda, y Cristóbal Valdivia Olate (#61), del Partido Socialista. Pero el contraste más fuerte es entre Gatica y Bassaletti: uno que perdió la vista por la represión, otro que defendió a quien la causó. Las elecciones parlamentarias se celebrarán el 16 de noviembre de 2025, y la participación ciudadana será clave. En 2021, el distrito 8 tuvo una abstención del 52%. Gatica quiere cambiar eso.
El legado de una generación herida
Gatica no es solo un candidato. Es un símbolo de una generación que creció en la calle, que perdió la vista, la confianza, la esperanza. Pero no se rindió. Su formación familiar —padres profesores de escuela pública— lo llevó a entender que el cambio no se hace desde los salones de poder, sino desde los barrios, desde los centros de salud, desde las aulas. "Me propuse estudiar Psicología con ese deseo. Trabajo en una unidad de víctimas... y me nació de la guata aportar un poco más".
El 18 de octubre de 2025, en el sexto aniversario del estallido, reflexionó: "Antes, si votabas por Boric, votabas por la lista del Frente Amplio. Eso ya no existe para mí". Su voto en las primarias fue por Jara, no por Gonzalo Winter. No es un rechazo a la izquierda. Es una exigencia: que la izquierda escuche a quienes la vivieron en la piel.
Frequently Asked Questions
¿Por qué el Partido Comunista apoya a Gatica si es candidato independiente?
El Partido Comunista de Chile no lo postuló directamente, sino que le otorgó un cupo independiente con su respaldo simbólico, como se refleja en la nómina del Servel. Esto le permite tener acceso a financiamiento público y cobertura mediática sin estar ligado formalmente a la estructura partidaria. Es una estrategia para fortalecer candidaturas progresistas que rompen con los partidos tradicionales, especialmente cuando tienen un fuerte impacto simbólico como el de Gatica.
¿Qué papel jugó el peritaje balístico de $3,5 millones en el caso de Gatica?
El peritaje balístico solicitado por Enrique Bassaletti al IDIC en mayo de 2021 fue un intento de desacreditar las pruebas forenses que vinculaban a Claudio Crespo con los disparos que cegaron a Gatica. El informe nunca se hizo público, y el Ministerio Público no ha explicado por qué se pagó con recursos fiscales. Esto ha generado sospechas de obstrucción a la justicia, especialmente porque Crespo ya estaba dado de baja cuando se solicitó el estudio.
¿Cómo afecta la candidatura de Gatica a la izquierda chilena?
Su postulación divide a la izquierda. Mientras algunos ven en él una voz auténtica que representa el legado del estallido, otros critican que su independencia fragmenta el voto progresista. Su rechazo al Frente Amplio y su voto por Jara en las primarias muestran que la nueva generación ya no se alinea automáticamente con los partidos, sino con las historias vividas. Esto obliga a la izquierda a replantear su relación con las víctimas del sistema.
¿Qué propuestas concretas tiene Gatica para la salud mental en el distrito 8?
Gatica propone crear tres centros de salud mental comunitaria en Maipú, Estación Central y Lampa, con atención gratuita, horarios extendidos y personal capacitado en trauma. También busca integrar psicólogos en escuelas públicas y centros de salud primaria, y financiar programas de prevención del suicidio en barrios con altos índices de violencia. Su experiencia como profesional le da credibilidad: no habla desde la teoría, sino desde la clínica y la calle.
¿Por qué es simbólico que Gatica compita en el mismo distrito donde ocurrió el ataque?
Porque el distrito 8 no es solo un territorio electoral: es el escenario de su trauma y de su reconstrucción. Votar allí no es un gesto político, es un acto de reivindicación. Gatica no busca huir del pasado, sino transformarlo. Su candidatura dice: "Estoy aquí, vivo, y voy a pelear por que nadie más pierda la vista por defender su derecho a protestar".
¿Cuál es el riesgo para Gatica en una elección con 38 candidatos?
Con 38 candidatos, el voto se fragmenta enormemente. Para ganar un escaño, se necesita al menos el 10% de los votos válidos. Gatica no tiene el aparato partidario de Claudia Mix o de Bassaletti, pero sí un activismo popular fuerte. Su riesgo no es perder, sino que su mensaje se pierda en el ruido. Su estrategia: no competir por votos, sino por conciencia. Si logra que el 20% de los vecinos se acuerden de su historia, ya habrá cambiado el país.