Defamación en la industria musical: el caso Bizarro vs. Swing llega a los tribunales

Defamación en la industria musical: el caso Bizarro vs. Swing llega a los tribunales
sep, 24 2025

El 29 de agosto de 2025 el defamación volvió a los titulares del mundo del espectáculo en Chile cuando la Corte de Garantías N.º 8 de Santiago admitió una denuncia penal presentada por Daniel Merino, gerente de la productora Bizarro Live Entertainment y director ejecutivo del Festival de Viña del Mar. La acusación está dirigida contra Carlos Lara, cabeza de Swing Booking & Management, y constituye una escalada de una pugna que arranca hace meses entre dos de los actores más influyentes de la escena de conciertos en el país.

Orígenes del conflicto y acusaciones cruzadas

Todo comenzó en julio de 2025, cuando Swing interpuso una demanda civil contra Bizarro alegando competencia desleal y abuso de posición dominante. Según el escrito de Swing, la empresa de Merino habría usado su rol exclusivo como productora del Festival de Viña del Mar –evento televisado y de gran peso mediático – para bloquear a otros promotores y favorecer a sus propios artistas, distorsionando el mercado de la música en vivo.

En la misma pieza procesal, Carlos Lara lanzó una serie de declaraciones que, según Bizarro, cruzan la línea de la mera crítica. Lara acusó a Merino de actuar de mala fe al contactar directamente a representantes de artistas internacionales como el grupo italiano Il Volo y la banda colombiana Morat, supuestamente sin respetar los contratos vigentes y con el fin de perjudicar a Swing. Estas afirmaciones no solo se mantuvieron en el expediente judicial, sino que fueron difundidas a varios medios de comunicación, ampliando el daño reputacional.

Daniel Merino, a través de su abogado Gianfranco Grattarola, rechazó rotundamente los señalamientos, calificándolos de “falsos, sin sustento probatorio y divulgados públicamente”, lo que habría lesionado su honor y la imagen de Bizarro en un sector donde la credibilidad es esencial.

Detalles del proceso judicial y posibles consecuencias

Detalles del proceso judicial y posibles consecuencias

La Corte de Garantías aceptó la acusación penal el 29 de agosto y fijó una audiencia privada para el 2 de octubre de 2025. La acción se encuadra dentro del delito de defamación grave contemplado en el Código Penal chileno, que establece sanciones penales y la posibilidad de ordenar la reparación del daño moral.

Entre los puntos que la Fiscalía deberá probar están:

  • La falsedad de las declaraciones de Lara respecto a los contactos con Il Volo y Morat.
  • La difusión intencionada de esas afirmaciones a medios de comunicación.
  • El perjuicio concreto causado a la reputación profesional de Merino y a la posición de mercado de Bizarro.

De confirmarse la carga probatoria, el tribunal podría imponer multas, penas de cárcel y, sobre todo, una orden de rectificación pública para mitigar el daño causado.

Mientras tanto, el caso arroja luz sobre la fragilidad del equilibrio competitivo en la industria del entretenimiento chileno. Swing Management, bajo la dirección de Lara, se especializa en artistas latinos como Luis Fonsi, Marco Antonio Solís y Cristian Castro, mientras que Bizarro Live Entertainment, liderada por Alfredo Alonso, lleva a cabo la producción del Festival de Viña del Mar desde 2019 y ha trabajado con figuras de renombre internacional como Bad Bunny.

Ambas compañías dependen en gran medida de los contratos con agentes internacionales, la logística de giras y la capacidad de asegurar exclusividades en eventos de alto perfil. El Festival de Viña, en particular, actúa como una plataforma de lanzamiento que puede inclinar la balanza a favor de quien controla sus líneas de producción.

El enfrentamiento legal, por tanto, no es solo una cuestión de honor personal, sino una batalla por la influencia sobre una de las piezas clave del negocio del espectáculo en Chile. La resolución del caso podría sentar precedentes sobre cómo se regulan los conflictos de intereses y la difusión de información en un sector donde la publicidad y la reputación son bienes tan valiosos como los propios contratos.